El CSOT La pluma, que el domingo desplegaba pancartas reivindicativas por un orgullo transfeminista y anticapitalista, fue desalojado ayer, ilegal y violentamente.
A las 8:00 del lunes 25 de junio, 15 matones han forzado la puerta del edificio con una pala excavadora para entrar en el CSOT La Pluma a grito de “¡maricones de mierda, os vamos a matar a palos!”. Han entrado al edificio amenazando con cizallas, barras de metal y puntales a modo de arma, agrediendo a las personas que estaban dentro con estas herramientas e hiriendo a tres de ellas. Uno de los matones, dirigía la operación dando órdenes a sus sicarios. Al llegar, la policía no ha efectuado ninguna detención de los “desokupas”, a pesar de haber sido identificados por les agredides.
Empresas como DESOKUPA, contratadas por la propiedad, se dedican a realizar desahucios extrajudiciales. Desalojan violentamente mediante amenazas, coacción, intimidaciones y agresiones. No es la primera vez que vemos a estos nazis actuar y lamentablemente estas prácticas son cada vez más frecuentes, pero lo ocurrido esta mañana es una de las actuaciones más violentas que los matones “desokupas” han hecho hasta la fecha. Esto supone un cambio en su modus operandi, el cual se vio reforzado por la inactividad policial durante los hechos de esta mañana, además de que los juzgados absuelven sistemáticamente las innumerables denuncias presentadas.
La empresa propietaria de este edificio, situado en la calle Barbieri número 5 en el barrio de Chueca, es ZZ Inmobiliari Proxima. Esta empresa pertenece a la familia Fernández Luengo, que se lucra, entre otras actividades, con el negocio del ladrillo. La familia es propietaria de la corporación de empresas Almacorp (Alma Beauty Corporation) en la que se incluyen las cadenas de peluquería Marco Aldany o Rizos entre otras muchas relacionadas con el mundo de la estética (peluquería, manicura, barberías). Propietarios también de otras empresas como Mi Casa Inn, Jenfab 2003 S.L. o Residencia Universitaria Arti, dedicadas a la explotación y gestión de residencias de estudiantes, así como Arama Sport en el ámbito de la gestión de gimnasios.
Este tipo de negocios son los que alimentan el puchero de la gentrificación, la especulación inmobiliaria y la turistificación que nos expulsan de nuestros barrios y ciudades.
Un Centro Social como La Pluma sería una amenaza para este modelo neoliberal de ciudad y, en estas fechas, una amenaza clara al modelo de Orgullo LGTBIQ+ mercantilizado y centrado en el ocio y el consumo, que tenemos en Madrid.
Desde La Pluma buscamos espacios de encuentro para nuestra comunidad. En un barrio donde el espacio público se ha vendido a bares y terrazas queremos espacios para hacer política desde nuestras disidencias corporales, sexuales y de género, lugares para gozarnos, disfrutarnos y resistir frente a este sistema que pretende silenciarnos con violencia.
Nuestras plumas serán visibles, orgullosas y combativas.
Nunca normativas.
Nos vemos en las calles ¡La Pluma vive!